Blogia
derhoof

THEY WERE DEVO!: Crónicas (d)evolutivas de la música moderna. (1ª Parte)

THEY WERE DEVO!: Crónicas (d)evolutivas de la música moderna. (1ª Parte) A pesar de tratarse de una de las bandas más originales, divertidas e innovadoras de la “nueva ola”, el éxito y el reconocimiento se les ha resistido durante décadas. Relegados por la crítica y olvidados por el gran público, su influencia formal y estética se ha dejado entrever en grupos internacionales como They Might Be Giants y en gran parte de los grupos de tecno-pop nacionales (de Aviador Dro a L-Kan, juntos o por separado). Descritos en ocasiones como la cara amable de The Residents, ya va siendo hora de que las nuevas generaciones les sepan apreciar en su justa medida. Y más ahora que caban de editar una im-pres-cin-di-ble antología de videoclips en DVD: "The CompleteTruth About De-Evolution", (Rhino Import, 2004).

EL ORÍGEN DE LAS ESPECIES.

“Somos lo que comemos”
La historia comienza en Akron (Ohio) en 1972, cuando un par de díscolos estudiantes de arte llamados Jerry Casale y Mark Mothersbaugh acuñan el concepto de “de-evolución” para referirse a la retrógrada, borreguil y disfuncional mentalidad de la sociedad norteamericana. Según su tesis, la humanidad no sólo ha dado muestras de ser incapaz de evolucionar correctamente, sino que además parece estar experimentando el proceso a la inversa, viéndose abocada a la inevitable extinción. Dicha noción de “de-evolución” (en donde encontramos el origen del nombre del grupo) la toman prestado de las páginas de un viejo "comic-book" de "Wonder Woman" y será la base sobre la que se sostendrá la totalidad de su discurso.

Con la complicidad de su compinche Bob Lewis (que empezaría como miembro de la primera formación del grupo para después convertirse en su “manager"), Jerry y Mark comienzan a profundizar en su peculiar teoría, tomando como punto de partida un par de oscuros ensayos pseudo-científicos titulados "The Beggining Was The End: Knoledge Can Be Eaten" y “Jocko Homo: Heaven-bound King Of The Apes" de un tal B. F. Shattuck. A lo largo de sus páginas el (supuesto) Dr. Shattuck se entretenía en analizar las costumbres antropófagas del hombre de las cavernas como medio ritual para asimilar y perpetuar la sabiduría de sus congéneres muertos.

En uno de sus momentos más inspirados, el autor sostenía una peculiar teoría sobre el origen de nuestra especie, afirmando que descendemos de una raza de simios devoradores de cerebros que fueron enloqueciendo gradualmente, lo que explicaría el estado de deshumanización que atraviesa el género humano. Por desgracia, esta “herencia caníbal” comienza de nuevo a manifestarse de nuevo.

Que el hombre “de-evoluciona”, es un hecho.

“El devolucionarismo”
Llegados a este punto, las retorcidas mentes de estos muchachos aún van más lejos en su delirante combinación de erudición antropológica, recuerdos residuales de viejos seriales de ciencia-ficción y el gusto fetichista por la imaginería retro-futurista de los comics de los años 50. Mientras se ven asaltados por extrañas visiones de monos mutantes y amazonas ligeritas de ropa, aún tienen tiempo para redactar su “manifiesto devolucionario”. Bajo el título “The De-evolutionary Oath" se recogen las cinco reglas básicas de su pensamiento, un poco al estilo de la Torah de los judíos.

Las Cinco Reglas Sagradas del Juramento De-evolucionario son:

I.- “Sea como sus ancestros o sea diferente. Eso no nos importa”
II.- “Ponga un millón de huevos o dé a luz una sola vez”
III.- “Vista con colores bizarros o evite exhibirse”
IV.- “La supervivencia pertenece a los más fuertes; con todo, los débiles pueden vivir”
V.- “Debemos repetirnos”


Semejante declaración de principios se repite o alude en las letras de las canciones del grupo y encierran la verdadera esencia de Devo. Algo que empezó siendo una elaborada broma privada con la que impresionar a las chicas y escandalizar al profesorado, y que acabó cobrando dimensiones dramáticas reales cuando Casale presenció la muerte de varios compañeros a manos de la Guardia Nacional durante los disturbios originados por las protestas estudiantiles contra la guerra de Vietnam.

A partir de este momento, Jerry y Mark ven confirmada de la manera más brutal la validez de su teoría y deciden pasar a la acción. Optarán por retratar la sociedad post-industrial como un rígido mecanismo que asegura la uniformidad, haciendo que sus miembros se comporten como simples "clones" deshumanizados y sin personalidad, meros engranajes de una maquinaria de producción en cadena que lo mismo se inspira en "Metrópolis" de Fritz Lang, "1984" de George Orwell y "Un Mundo Feliz" de Aldous Huxley, que en las futuristas partituras electrónicas de Raymond Scott, Bruce Haak o Kraftwerk a partes iguales.

SELECCIÓN NATURAL.

“We’re not men/We’re Devo”
Así, en 1972 Casale y Mothersbaugh abducen a sus jóvenes e impresionables hermanos pequeños (Bob-1, Bob-2 y Jim) y les convencen para que tomen parte de su descabellado proyecto musical. Jerry se ocupará de maltratar el bajo mientras Mark ejerce de cantante lunático, acompañados por Bob-1 y Bob-2 como guitarra solista y rítmica respectivamente y el bueno de Jim aporreando su batería electrónica casera.

Sin embargo, la estancia de este último en el seno de la banda será meramente testimonial, siendo sustituido rápidamente por Alan Myers. Con esta formación empezarán a darse a conocer en pequeñas salas y fiestas universitarias, donde darán mucho que hablar gracias al delirante concepto de su divertida puesta en escena.

A medida que su popularidad en el circuito “underground” va en aumento, comienzan a realizar sus primeros lanzamientos discográficos a través de su propio sello, Booji Boy, editando varios singles delirantes en los que comienzan a dar muestras de los posteriores logros que alcanzarían con su cancionero bizarro.

Este periodo de experimentación y búsqueda de identidad ha sido oportunamente rescatado del olvido por el sello Rykodisc mediante una pintoresca recopilación de "demos" y rarezas en las que se incluyen sus primeras grabaciones registradas con la ayuda de toda clase de artefactos sonoros: desde sintetizadores y material casero hasta juguetes, radiadores, tostadoras, etc...

"Playin' The Fool Again"
Pero la verdadera fuerza del grupo residía en sus directos, alucinantes espectáculos de humor surrealista, dadá y delirantemente "kistch" a semejanza de las “performances” de The Residents.

El propio Mark, por ejemplo, solía disfrazarse de Booji Boy (pronúnciese como “Boggie Boy") ataviado con una máscara infantil, a modo de símbolo de la regresión a la infancia. Mientras a su espalda se proyectaban imágenes de cucharas (“la imagen misma del conformismo”) y patatas (“el vegetal más humilde sin individualidad”) el resto de sus compañeros hacían acto de presencia vestidos con uniformes idénticos de corte futurista y tocados en forma de tiestos cubiformes coronando sus cabezas. Un alarde de imaginación y post-modernidad al servicio de un sentido del humor malintencionado que ponía en tela de juicio los valores convencionales de la misma sociedad de consumo que les haría acreedores de la etiqueta de “grupo de culto” para minorías selectas de inconformistas.

“Here Comes The Mongoloid Stuff!”

El momento decisivo para afianzar su trayectoria les llega con la banda sonora del cortometraje “The Truth About De-Evolution” (dirigido por el propio Jerry) que gana un premio en el Ann Arbor Film Festival de 1976. Por casualidades del destino, Iggy Pop y David Bowie anadaban mariposeando por allí y ven la cinta como por casualidad. Tras la proyección, se quedan lo suficientemente impresionados con el trabajo de la banda como para facilitarles la firma de un contrato con Warner para su LP de debut.

"Q: Are We Not Men? A: We Are Devo!”, (Warner, 1977)
Producido por Brian Eno, el disco se revela como una obra de capital importancia para entender el posterior discurrir de la “new wave” norteamericana de los primeros años 80. Fue uno de los primeros trabajos en incorporar los sintetizadores a la música pop como complemento perfecto de las siempre presentes guitarras, prefigurando los derroteros por los que discurrirían buena parte de los grupos de synth-pop de la época.

En ciertos aspectos, las canciones parecen recuperar el sentido de sátira social del absurdo de The Mothers Of Invention, aportando un sonido personal y mecánico, de ritmos espasmódicos y melodías robóticas y atonales. Sus características obsesiones temáticas (y estéticas) hacen acto de presencia a través de textos alucinados que versan sobre rosquillas glaseadas, cigarrillos extra-mentolados o rinden culto a “La Isla del Dr. Moreau”"La Isla del Dr. Moreau" y el cine de Leni Riefenstahl. Motherbaugh se despacha a gusto cantando marcianadas del tipo de “I´m tired of the soup du jour” o arremetiendo con estrofas tan elocuentes como “I’m not a wanker or a banker”.

Tanta provocación e irreverencia ayuda a convertir el álbum en un éxito que comienza a trascender la escena independiente a la que hasta ese momento se habían visto relegados. La acogida es buena, pero no unánime: mientras unos son capaces de ver el mensaje oculto tras el corrosivo sentido del humor de la banda, otros ven en ellos una amenaza fascista. La propia revista Rolling Stone no duda en descalificarlos y demonizarlos a los ojos de la sociedad bienpensante, sin caer en la cuenta de que se trata de un trabajo tan excéntrico y provocador como conceptual e irónico.

En lo estrictamente musical, su sonido puede describirse como un cruce perfecto de Talking Heads y XTC (por citar a alguno de sus ilustres coetáneos), aunque su militancia “freak” les lleve a incorporar disonancias, aullidos y efectos que dotan a las composiciones de una cierta atmósfera enrarecida y bailable a partes iguales. De entre ellas, destacan especialmente el fundacional “Jocko Homo” (que merecería ser adoptado como himno por la generación post-indie) y su funky, rugosa, poliédrica y epiléptica reconstrucción del “(I Can’t Get No) Satisfaction”, tal vez uno de sus temas más conocidos.

"Duty Now For The Future", (Warner, 1979)
Su vuelta al estudio da como resultado un trabajo continuista, en la línea de su incendiario debut, pero perdiendo algo de la espontaneidad de los inicios. No es que se trate de un mal álbum (ni mucho menos) pero lo cierto es que el material es sensiblemente inferior al de su predecesor, acusando el momento que atravesaba el grupo al verse inmerso en un significativo cambio estilístico. Este es el principal motivo de interés del disco, que supone un nuevo paso adelante en su “de-evolución” al ceder un mayor protagonismo al componente electrónico sin perder por ello un ápice de su inmediatez y aportando nuevos niveles de ironía: “little minds through big technology”.

Los dos instrumentales se antojan un mero relleno para justificar el minutaje de un segundo larga duración, mientras que "Pink Pussycat" y "Clockout” se quedan en un par de chistes desafortunados. Con "Triumph Of The Will" deciden tomarse la revancha ante sus detractores llevando a cabo una parodia del fascismo, sin apenas molestarse en dejar claro su posicionamiento al respecto. Y aunque "Secret Agent Man" resulte sosa en comparación a su relectura del “Satisfaction”, no todo van a ser malas noticias y buenas intenciones.

En la recta final parecen animarse (rara vez han sonado tan festivamente siniestros como en “The Day My Baby Gave Me A Surprize” o con la potencia rock, progresiva y desbocada de "Smart Patrol / Mr. DNA") aunque, a rasgos generales, resulte un bagaje más bien pobre para lo que tenían acostumbrados a sus fans.

Sin embargo, una vez superado el bache, vuelvorán al año siguiente con más fuerza que nunca...

"Freedom Of Choice", (Warner, 1980)
El grupo alcanza la cima creativa y comercial de su carrera(nos encontramos ante su único disco de platino), confirmando la conversión definitiva de su música hacia el synth-pop, integrando completamente el sintetizador a su nuevo sonido y haciendo que posea un marcado peso específico en los arreglos, equiparándolo al de las propias guitarras.

Cada pieza encaja con precisión, descantándose por los ritmos uniformes y estilizados en detrimento de las disonancias, como intentando mantener dentro de un precario equilibrio los excesos del pasado. Podría decirse que la banda ha domesticado excesivamente su sonido, llegando a resultar excesivamente artificiales y asépticos. Incluso el contenido de los textos pierden mordacidad y se antojan convencionales y complacientes.

Algunas canciones (sin ir más lejos, la famosa "Girl U Want", reivindicada una década más tarde en sus directos por Nirvana) dan muestras de un cierta e ingenua (aunque desde un punto de vista práctico) visión del romanticismo semi-adolescente que resulta sorprende en el contexto de su repertorio habitual.

Pero eso no quiere decir que traicionen sus temas habituales en beneficio de la comercialidad. De hecho, en “Whip It!” abordan aspectos tan espinosos de la “guerra de sexos” como la competitividad y la dominación y aún así se las ingenian para facturar un “mega-hit” que los cuela por la puerta grande en la pujante programación de la MTV, con un video-clip en el que se combinaba el característico “look” futurista de bajo presupuesto de la banda con explícitas insinuaciones sadomasoquistas.

A pesar del notorio éxito de ventas, el disco no puede desprenderse del sutil poso de pesimismo que desprenden canciones como "Gates of Steel", "Planet Earth" y la titular “Freedom Of Choice"”, que revela, bajo el habitual disimulo de la ironía, el idealismo frustrado de quien no acierta a comprender porqué los estadounidenses no usan más su “libertad” en busca de la propia felicidad.

(Fin de la 1ª Parte)"

0 comentarios